Si sientes como las paredes de tu dormitorio te aprietan, toma nota de nuestros trucos para conseguir amplitud sin demasiado esfuerzo. Son sencillos recursos visuales y físicos referentes a la objetos de decoración como estores, alfombras, cuadros y cojines entre otros, tu habitación puede cambiar por completo.
¿Estás listo? ¡Vamos allá!
Menos es más
Comienza poniendo orden y dejando lo mínimo e imprescindible a la vista. Cuantos menos objetos tengas en las superficies como las mesillas o incluso en el suelo, mejor. Prueba a sacar algún cojín y algún cuadro o marco de fotos y busca un lugar oculto donde dejar tus accesorios de uso diario (cargadores, gafas o libros).
Luz natural
La iluminación es clave para dar una mayor sensación de amplitud en un dormitorio. Para aprovechar la luz al máximo es muy importante que las cortinas o estores no nos quiten claridad. Una apuesta segura, es optar por soluciones ligeras de colores suaves como los estores screen, que además de permitir el paso de la luz, dan intimidad completa al dormitorio.

Usa colores claros
Es recomendable pintar el techo de blanco y el suelo y las paredes en tonos claros. Reflejan la luz que entra por la ventana y hace el dormitorio más amplio y fresco.
Espejos, espejitos
Para reflejar esa luz de la que hablábamos no hay nada mejor que colocar frente a la ventana un buen espejo, además da la sensación de apertura y de que la habitación continúa. Por ese motivo, cuanto más grande sea el espejo, ¡mucho mejor!
El mobiliario que más te conviene
Como la clave está en despejar el espacio, lo más sensato es no sobrecargarlo de muebles. Por eso te recomendamos que coloques las estanterías justas, utilices muebles de doble uso y funcionales como las camas canapés o los armarios con puertas correderas.
¿Ves que sencillo? Liberando un poco de espacio, aprovechando luz que te pueden aportar los estores a medida, cambiando los colores de la habitación y un par de detalles más, puedes convertir un dormitorio agobiante en un espacio de lo más acogedor.